Las habitaciones
Me interné casi en invierno así que generalmente afuera hacía frío, los días en general eran grises. Me había comprado dos camperas super abrigadas para pasar la temporada, “quedarán para el año que viene” pensaba. Adentro estaba templado, la calefacción general siempre estaba alta. Primero estuve en un sector que era un pequeño pasillo con cuatro habitaciones que a su vez era parte de otro más largo formando una letra te. Mi habitación prácticamente la conocía de memoria. Recorría todos sus espacios, me sentaba en la mesita de luz, en el piso, en los rincones, a veces dormía con la cabeza en el lugar de los pies. Desde una gran ventana se veían terrazas, algunas paredes grises despintadas, y a lo alto una puerta vieja y rota que el viento la hacía chocar. De vez en cuando un gato negro se paseaba por los techos. Yo estaba en un cuarto piso pero por la altura parecía más alto. Con mucho cuidado de no tirar del catéter que tenía puesto en el brazo solía asomarme ...